El frio, calor, lluvia o viento son algunos de los elementos atmosféricos que afectan de manera importante a las maderas expuestas al exterior. Protegerlas es primordial para su durabilidad en el tiempo y seguir manteniéndolas con su belleza natural. Además, no solo debes protegerlas de las inclemencias del tiempo, también de los insectos xilófagos como la carcoma, termitas, etc. que provocarían el deterioro prematuro de la madera. Conociendo esto, realizar una correcta protección dependerá en gran medida del tipo de madera que tengas.
Las más utilizadas en exteriores son las tropicales. Por su propia naturaleza, al proceder de zonas de alta humedad, están provistas de una extraordinaria resistencia al desgaste, los golpes, roces, etc. Para que puedan conservar estás características, es necesario que se las realice un mantenimiento periódico y así a la vez puedan mantenerse como nuevas ante el paso del tiempo.
Las más utilizadas son las siguientes:
Teca:
Seguramente hayas oído hablar de ella como la más usada en elementos diseñados para exteriores. Y no es para menos, ya que se trata de una madera densa, dura y compacta de color marrón intenso con tonos dorados, que combina a la perfección belleza estética junto a una extraordinaria dureza y resistencia al desgaste, golpes o roces. Cualidades que la aúpan a ser la más demandada en la fabricación de todo tipo de productos. Desde mobiliario para jardín, pasando por suelos hasta incluso embarcaciones. Proviene de Indonesia y además produce por sí sola un aceite natural que la permite estar nutrida reduciendo la necesidad de utilizar productos protectores y selladores. Únicamente precisa de un mantenimiento periódico con un aceite especial para el cuidado y mantenimiento de la madera como el aceite teca incoloro de Zenko cada vez que se reseque.
Iroko:
Es otra de las maderas tropicales más usada en exteriores. Proviene de África y al tener unas características y aspecto similar a la Teca se ha ganado la denominación “Teca Africana”. También es de composición densa y dura, de un color marrón claro con tonos amarillentos dorados y una alta resistencia a la putrefacción y al ataque de insectos. Su uso más extendido es la fabricación de suelos, tarimas, barcos e incluso instrumentos musicales.
Cumaru:
No es de las más conocidas, pero también es muy usada, de hecho es llamada la “Teca Brasileña” y es originaria de Sur América. Tiene un color marrón con tonos amarillentos y rojizos adquiriendo tonos plateados con el paso del tiempo. Es muy resistente a los insectos y humedad. Lo que la diferencia de las demás es su extraordinario comportamiento frente al fuego. Su uso más frecuente es en la fabricación de tarima.
Ipé:
Quizá el nombre no te suene mucho pero se trata de una de las maderas preferidas en la fabricación de tarimas gracias a su extraordinaria resistencia a la humedad y una alta durabilidad en estos ambientes. Proviene de Sur América y tiene un color marrón oliva oscuro que oscurece con el tiempo. Además presenta un buen comportamiento frente al fuego dada su gran densidad.
Todas estas maderas citadas tienen en común ser maderas exóticas y que proceden de climas con alta humedad. Por ello, cuando están expuestas a entornos más secos que en su hábitat natural se resecan más rápidamente que las demás maderas, provocándolas un aspecto grisáceo y la pérdida de su elasticidad habitual. Evitarlo es sencillo y además se realiza en pocos pasos:
- Primero limpia toda la madera cepillándola con un cepillo de púas suave mojado en un poco de agua mezclada en una pequeña cantidad de jabón. Deja al aire hasta que la humedad evapore y la madera esté seque en su totalidad.
- A continuación con una paletina doble de cerda natural, aplica el aceite de teca incoloro estirando las pasadas en el mismo sentido de las vetas. Da tantas manos como te pida la madera hasta que llegues a saturar el poro. Esto lo notarás cuando la superficie no absorba más aceite y quede como una capa por encima de la madera.
- Seguidamente retira este sobrante de aceite brocheando en el sentido de la veta con la misma paletina doble que usaste anteriormente.
- Déjalo secar 24 horas y ya tendrás la madera lista para usarse.
Ahora bien, si tienes otro tipo de madera, el procedimiento para conseguir que tenga la más alta protección a la vez de que se mantenga como nueva con el paso del tiempo y que aguante eficazmente los cambios climáticos, sería de la siguiente manera:
- Primero debes eliminar el barniz o restos de barniz que tenga la madera. Para ello utiliza un pliego de lija en seco hasta eliminarlo en su totalidad. Si te cuesta quitarlo, usa un decapante de madera como el de Xylazel y mediante una paletina doble 18 aplica una mano generosa cubriendo todo la zona barnizada.
- A continuación déjalo actuar, durante los siguientes 5 minutos aproximadamente, verás cómo poco a poco el barniz se va levantando. Debes aplicar tantas manos como capas tenga el barniz hasta que dejes la madera en natural.
- Posteriormente, retira toda la capa arrugada ayudándote con una espátula especial nº 8. Seguidamente con un trapo mojado en disolvente para uso universal como este disolvente universal de Zenko limpia toda la superficie para eliminar cualquier resto del decapante de madera Xylazel.
- Cuando haya evaporado el disolvente lija la madera con el pliego de lija en seco para suavizar la superficie. Limpia los restos de polvo generado con un trapo mojado en disolvente universal de Zenko.
- Seguidamente, en una bandeja de pintura mini vierte un poco del Xylazel fondo a base de disolvente y Sumerge el recambio velour basik de 10 cm acoplado en una varilla de rodillo de 11 cm en un poco del producto y escúrrelo en la zona estriada de la bandeja de pintura mini.
- Aplica varias manos generosas hasta que el poro de la madera se sature.
- Déjalo secar durante 12h.
- Vierte nuevamente un poco del Xylazel fondo a base de disolvente en la bandeja de pintura mini. Sumerge el recambio velour basik de 10 cm acoplado en una varilla de rodillo de 11 cm y escúrrelo en la zona estriada de la bandeja de pintura mini.
- Aplica la primera mano estirando las pasadas en el mismo sentido de las vetas. Cuando acabes de dar esta capa, déjala evaporar durante 5 minutos y seguidamente aplicar la segunda mano estirándola en el mismo sentido de la veta.
¡Ya lo ves, siguiendo estos sencillos pasos volverás a recobrar su belleza natural!