¿Cómo evitar, quitar o mantener el óxido de una verja metálica?

El hierro, al ser un producto resistente, duro y fácil de manejar, es la materia prima más usada en la fabricación de verjas y vallas. Sin embargo, a pesar de sus estupendas propiedades, el hierro no está exento de tener algún defecto. En su caso, su punto débil reside en la facilidad con la que se oxida. La oxidación es provocada por el contacto directo de la superficie de hierro con el oxígeno del aire lo que genera una reacción corrosiva que con el paso del tiempo va deteriorando el metal hasta desembocar en su total oxidación si éste no es debidamente protegido.

 Imprimaciones protectoras.

La vida útil de una verja dependerá en gran medida de si al metal desnudo se le ha aplicado una capa protectora o no. Las imprimaciones antioxidantes son capas protectoras que cubren y protegen a los metales férricos frente a la corrosión y los agentes químicos. Son especialmente eficaces cuando se aplican directamente sobre el metal desnudo ya que así se crea una capa protectora y promotora de adherencia que facilita el posterior esmaltado.

 Esmaltes antioxidantes.

Sin embargo, si lo que tenemos es óxido en una verja ya pintada, la solución estaría en aplicar un esmalte antioxidante.

Los esmaltes antioxidantes son esmaltes sintéticos protectores de alta calidad que se pueden aplicar encima del óxido sin necesidad de dar imprimación gracias a su composición a base de aditivos anticorrosivos y ultravioletas. Antes de aplicar el esmalte se recomienda pasar una lija de grano fino a la pintura y a la zona oxidada para eliminar las partículas sueltas de óxido que pudiera haber. De igual forma se puede también aplicar sobre el hierro desnudo ya que sus propiedades le permitirán protegerlo de forma eficaz durante un largo tiempo.

Pasivadores o convertidores de óxido.

 ¿Y si lo que tenemos es una superficie oxidada y queremos eliminar ese óxido? Entonces procederíamos a aplicar los pasivadores o convertidores de óxido.

•  Pasivadores: son líquidos a base de ácido fosfórico que penetran en el poro de la superficie disolviendo y eliminando el óxido a la vez que frenan su aparición. Se pueden aplicar con brocha o por inmersión y, una vez haya actuado y esté seca la superficie, ha de ser limpiada con agua. De esta forma se deja la superficie lista para ser protegida con una imprimación para posteriormente ser esmaltada.

• Convertidores de óxido: son líquidos que se aplican de forma generosa mediante una brocha sobre la superficie oxidada provocando una reacción química que transforma el óxido en una capa negra pavonada que cuando seca crea una película protectora del metal que permite dar encima cualquier esmalte sin necesidad de imprimación.

Aceites antioxidantes incoloros.

Si, por el contrario, la idea es mantener la oxidación como efecto decorativo existen los aceites antioxidantes incoloros que se aplican a brocha, rodillo o pistola encima de la superficie consolidando e inhibiendo el óxido a la vez que sellan el metal dándole una protección duradera.