En el sector de la carrocería, hablar de pintado de vehículos es dar por hecho que su aplicación se realizará mediante una pistola aerográfica. A lo largo del tiempo, esta imprescindible herramienta ha ido sufriendo múltiples modificaciones con el fin de adaptarse a los distintos cambios experimentados en los sistemas de pintura. Con estas adaptaciones, los fabricantes han buscado la mejor precisión de pulverización para ajustarse en cada momento a las características técnicas de la pintura, mejorando a su vez el consumo de aire y de producto.
Pero con el paso de los años no solo se ha ido modificando el interior de las pistolas aerográficas, también su ergonomía , diseño y forma ha sido retocada gracias al uso de materiales de aleación ligera en su fabricación, permitiendo obtener así pistolas con un cuerpo menos pesado y con diseños actualizados.
El uso de la pistola aerográfica se base simplemente en conocer una serie de sencillos conceptos y, sobre todo, en practicar mucho con ella.
Tipo de pistola aerográfica
Actualmente las pistolas más usadas para el pintado de coches son las de gravedad. Se llaman así porque el depósito esta roscado en la parte superior de la pistola y la pintura cae por la acción de la gravedad y por el efecto de succión que provoca el paso del aire cuando el gatillo es empujado hacia atrás. La mezcla del aire con la pintura se expulsa pulverizada por el pico de fluido. La elección del diámetro correcto de este pico es de vital importancia para conseguir el acabado correcto (1.3 es el diámetro más habitual).
Regulación de la pistola aerográfica.
Para realizar una aplicación eficaz es primordial tener regulada la pistola en los siguientes puntos:
- Altura de pulverización: es la longitud que tiene la marca o huella que deja el abanico de pintura cuando se está aplicando. Cuanto mayor sea menos pasadas tendremos que aplicar y más homogéneo será el acabado. Su regulación se realiza abriendo al máximo el tornillo regulador de abanico. Es el primero que nos encontramos empezando desde arriba.
- Caudal de producto: es la cantidad de pintura que sale por el pico de fluido. Se regula mediante el tornillo ubicado detrás de la aguja. Este permite desplazar la aguja hacia atrás en función de nuestra necesidades de pintado. Cuanto más atrás esté la aguja, mayor cantidad de pintura saldrá por el pico de fluido y más rápido tendremos que pintar.
- Caudal o presión de aire: Se mide en bares a través de un manómetro que se acopla en la entrada de aire de la pistola. Se regula mediante el tornillo alojado en la base de la empuñadura permitiéndonos una mayor o menor entrada de aire por el interior de la pistola. Aunque la presión correcta nos la indicará la ficha técnica del producto con el que vamos a pintar, en general se sitúa alrededor de los 2 bares.
Consejos para manejar la pistola aerográfica
Una vez regulada la pistola, la colocaremos a una distancia de 20 cm respecto a la superficie a pintar de tal forma que la boquilla y la superficie realicen un ángulo imaginario de 90º. Cuando procedemos al pintado debemos mantenernos en paralelo a la superficie que se está pintando y constantemente a la misma distancia. Al realizar la primera pasada, el abanico de pintura dejará una huella en forma de banda horizontal. Con el fin de conseguir un acabado uniforme, la siguiente pasada la aplicaremos solapándola o montándola sobre la anterior a una altura de un poco más de la mitad, y así sucesivamente. Es importante desplazar la pistola de forma constante y a la misma velocidad para evitar problemas de descolgados (sobrecarga de pintura).
Conociendo los parámetros a regular en tu pistola y adquiriendo práctica en el manejo de la misma solo será cuestión de tiempo obtener los acabados profesionales que necesitas.
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